sesión 3

Sesión 3.

¿Que es la inclusión educativa? Identificar y eliminar barreras.

Introducción.

Hoy en día tanto la normatividad internacional como la nacional hacen énfasis en la importancia de la inclusión educativa con el fin de promover una educación de calidad para todos y consecuentemente una sociedad que respete las diferencias individuales entre los seres humanos.  Si se logra alcanzar una educación incluyente, se podrá alcanzar una inserción social y laboral donde todos puedan hacer una contribución a la comunidad local, regional, nacional y aún global.  Sin embargo, existen barreras que la limitan y coartan el acceso a una educación de calidad según las necesidades de cada estudiante. El propósito es tratar de superarlas.
Aprender a trabajar con las diferencias.

Explicación.

La inclusión educativa, representa la última fase en ese proceso lógico y ético de incorporación de las personas que son diferentes a los entornos educativos regulares. Es un modelo teórico y práctico de alcance mundial dirigido a la mejora escolar, que nace desde la Educación Especial en el contexto anglosajón y que defiende la necesidad de promover escuelas para todos, en las que todos puedan participar y ser recibidos como miembros valiosos de las mismas. Es clave para su difusión la aparición del denominado “Index para la Inclusión” (Booth y col., 2000), publicado en el Reino Unido y que se ha mostrado como un valioso instrumento para ayudar a los centros escolares a desarrollar procesos que mejoren la participación y el aprendizaje de todo el alumnado. Se basa en un sistema de autoevaluación de los centros, que a través de la investigación-acción, busca crear culturas inclusivas, elaborar políticas inclusivas y desarrollar prácticas inclusivas (Sandoval y col., 2002). La inclusión plantea una perspectiva social más amplia, por lo que se suele considerar un paso adelante respecto a la integración. No es el modelo hegemónico en la actualidad, pero está extendido por todo el mundo. 

Reflexionar sobre los elementos clave del proceso inclusivo nos permitirá hacer un planteamiento educativo acorde con esta perspectiva (Barton, 1998; Booth y col., 2000; Ainscow, 2001a,b; Ainscow y col., 2001a,b; Susinos, 2002). La inclusión no es una meta, un objetivo, algo que se logra, sino que es un proceso, un plan abierto, una búsqueda interminable de formas de responder a la diversidad. No es un estado, un problema de sí/no o de logro de unos objetivos. Ninguna escuela está totalmente a cero en el proceso de inclusión; todas ellas están en marcha, están en movimiento, “caminan hacia” … la inclusión.   La inclusión es un camino que se hace al andar, una dirección que se toma en los centros educativos y a cuyo destino final nunca se llega. Es un proceso en constante elaboración. No hay escuelas que se nieguen a admitir a alumnos con discapacidad, cultura, lengua, etnia, entre otros, sino escuelas que aún no se lo han planteado o que ahora no están dispuestos a recibirlos, pero todos son susceptibles de acogerlos en un momento u otro. Todas las escuelas reciben a alumnos con algún tipo de dificultad de aprendizaje, cultura, lengua, discapacidad, etc.; el punto de inclusión lo marcaría el grado de dificultad que el centro educativo se siente con ánimos de atender. 

La inclusión supone participación (Ainscow y col., 2001a). Ello conlleva la necesidad de identificar y eliminar las barreras que dificulten la incorporación de todos y el desarrollo de un óptimo proceso de aprendizaje. La participación implica presencia, por lo que la asistencia es el primer requisito, aunque no es suficiente. Implica calidad de la experiencia, por lo que no admite propuestas educativas para personas normales y propuestas para personas diferentes. Y la participación implica, por último, el logro de unos resultados, la consecución de un rendimiento de quien es admitido en la escuela inclusiva. No basta con que estén presentes, han de alcanzar sus propias metas. Por supuesto, la participación presupone una bienvenida, una aceptación de las personas con discapacidad, indígena u otra situación por ser quienes son y como son. 

La inclusión dirige sus esfuerzos de manera especial hacia los grupos en riesgo de exclusión. No es un problema sólo de alumnos con necesidades educativas especiales o con discapacidades más o menos graves, sino que entiende que todos los alumnos son en algún momento candidatos a ser excluidos (Sandoval y col., 2002). De hecho, no sólo se enfoca a grupos o colectivos, sino que su objeto fundamental de atención han de ser las personas individuales, que aun no perteneciendo a un grupo, se encuentran expuestos, en uno u otro momento, a algún tipo de exclusión social. Las personas con discapacidad u otras culturas son uno de esos grupos de riesgo que, si no son admitidas en las escuelas regulares, comienzan su andadura hacia la integración social con enormes carencias. 

La inclusión implica la reestructuración de culturas, políticas y prácticas en las escuelas, desde una perspectiva de crisis positiva. Requiere que se instauren nuevos modos de pensar y de hacer, de organizar y gestionar la diversidad. Supone una vía hacia la mejora de la escuela, tanto para alumnos como para profesores. Por supuesto, la inclusión educativa de los alumnos con discapacidad y con otras situaciones y condiciones marcaría el horizonte, pero en ese camino los profesores son también beneficiarios del proceso inclusivo. Es un hecho contrastado que en las escuelas que progresan en esta dirección, las actitudes cambian y las creencias de los implicados se transforman. 

Por último, ha de fomentar las relaciones mutuamente alimentadas entre escuela y sociedad. La inclusión en la educación es una parte de la inclusión en la sociedad. De hecho, no es posible conseguir cambios significativos en el funcionamiento de los centros sin el apoyo “en sintonía” de la sociedad (Echeita y Sandoval, 2002). En la otra dirección, la escuela inclusiva es a la vez un microcosmos y un camino hacia la sociedad inclusiva. Los centros educativos ejercen un papel fundamental en el estímulo de una sociedad en la que todos son valorados y donde se considera que todos tienen algo que aportar y con lo que contribuir (Ainscow, 2001b). Y dentro de ella, la familia ha de tener las puertas de la escuela siempre abiertas para recibir sus aportaciones, sus dudas, sus inquietudes, sus sugerencias. Se aprecia a través de estas líneas, que el desafío de la inclusión no es sólo función del profesorado, sino que incumbe a toda la comunidad educativa y a toda la sociedad, aunque es fácil deducir que en el ámbito escolar los docentes son un elemento esencial en ese proceso.

Barreras para la inclusión educativa.

Las barreras que restringen la inclusión y la participación de todos los niños en el aprendizaje pueden ser de orden físico, de organización, de relaciones y del tipo de actividades.  Las de orden físico tienen que ver con la distribución física tanto del centro educativo como del entorno dentro de la comunidad, que impiden o limitan  el acceso al centro educativo y demás espacios relacionados con el juego y la participación como serían los parques y áreas de juego.  Las de organización dependen de las políticas internacionales, locales y nacionales, que no favorecen una real inclusión en  la participación de todos los niños en el juego y en el aprendizaje.  Las de relaciones conciernen a las actitudes negativas de los adultos hacia la diferencia, de padres y de maestros, las que eventualmente influyen en las actitudes de los niños, afectando las relaciones entre ellos.  Finalmente, las barreras relacionadas con las actividades en gran parte dependen también de los adultos quienes son los que las proponen, sin tener en cuenta la diversidad que existe entre los niños, tanto en la comunidad como en el centro educativo.

Tales barreras pueden ser experimentadas por los niños que tienen una necesidad educativa especial o por cualquiera otro que pueda ser considerado “diferente” por diversas razones.  Las razones por las cuales se puede considerar a alguien como diferente, además de la presencia de una discapacidad, pueden ser de orden cultural, racial, socio-económico, de género o de orientación sexual.

La eliminación de las barreras se debe iniciar con una sensibilización hacia la diferencia que lleve eventualmente a un cambio de actitud en los adultos, en especial padres y maestros.  Se debe minimizar el modelo médico de la discapacidad que se enfoca en las deficiencias y limitaciones del niño, y que por lo tanto pone el problema en el estudiante y no en las barreras que presenta el entorno.  De esta manera se pueden disminuir las discapacidades que surgen de un entorno que tiene actitudes y acciones discriminatorias y que originan instituciones con barreras hacia la participación en el juego y el aprendizaje de todos los niños.  En la medida que se presente un cambio actitudinal de los adultos, habrá un esfuerzo por disminuir las barreras de orden físico, de organización y de tipo de actividades, de tal manera que favorezcan la inclusión de todos los niños.  Se pasaría, entonces, de la idea de atender a los niños con necesidades educativas especiales a una más inclusiva de apoyo al aprendizaje que tiene en cuenta las barreras que pueden experimentar diversos estudiantes.

Muchos centros educativos consideran que ofrecer inclusión exige de muchos recursos; sin embargo, éstos cuentan con más medios de los que creen tener.  Los niños, en especial, son un gran recurso porque por lo general no han desarrollado prácticas discriminatorias y pueden dirigir no sólo su propio aprendizaje y juego sino también el de sus compañeros, ofreciéndose apoyo mutuo.

Como educadores, para quienes creemos en la importancia de una educación de calidad para todos, está en nuestras manos buscar el cumplimiento de las leyes.  Para esto debemos buscar la sensibilización de nuestros colegas, de los padres de familia y de otros adultos que influyen en nuestra labor educativa.  Adicionalmente, es importante que logremos sacar a flote las habilidades que tenemos latentes y que pueden favorecer la inclusión educativa, buscando al mismo tiempo la capacitación necesaria para desarrollar al máximo estas destrezas.


Échale un ojo.  👀

Booth, T. y    Ainscow, M.  (2000). Índice de inclusión. Desarrollando el aprendizaje y la participación en las escuelas. (Centre for Studies en Inclusive Education, CSIE).

Booth, T. y    Ainscow, M.  (2000). Guía para la evaluación y mejora de la educación inclusiva. Desarrollando el aprendizaje y la participación en las escuelas. Centre for Studies on Inclusive Education (CSIE), Bristol UK.



Actividad de aprendizaje.

Instrucciones.

Con la finalidad de reforzar los conocimientos adquiridos en esta sesión, ahora tendrás que realizar una actividad en la cual a través de un mapa conceptual expliques que es la inclusión educativa y las barreras para el aprendizaje y la participación.

Evaluación.

Esta actividad tiene un peso del 10% de tu calificación total, y para alcanzar el porcentaje asignado es importante y necesario considerar los criterios que se plasman: 

Ø  Referencias bibliográficas. 
Ø  Ortografía y redacción. 
Ø  Representación gráfica.
Ø  Rúbrica.
Criterios
Excelente (25 puntos)
Satisfactorio (20 puntos)
Regular (15 puntos)
Debe mejorar (10 puntos)
Puntos obtenidos
Conceptos
El docente identificó los conceptos más importantes del texto y estos forman el mapa conceptual.
Los conceptos que el estudiante presenta en el mapa conceptual son ideas secundarias del texto.
Los conceptos que el estudiante presenta en el mapa conceptual solamente son ideas que están en el texto.
El mapa conceptual que elaboró el estudiante presenta como conceptos ideas muy vagas del texto.
Relación entre conceptos
Las relaciones que presenta el mapa conceptual son aceptables.
Las relaciones que presenta el mapa conceptual son moderadamente aceptables.
Las relaciones que presenta el mapa conceptual son medianamente aceptables.
Las relaciones que presenta el mapa conceptual no son aceptables.
Jerarquía
Los conceptos están jerarquizados en forma lógica, es decir, en la parte superior se presentan los conceptos más inclusivos y en la parte inferior los subordinados.
El mapa conceptual solamente presenta conceptos inclusivos.
El mapa conceptual presenta en la parte superior los conceptos subordinados y en la parte inferior los conceptos inclusivos.
Los conceptos están presentados sin ninguna jerarquía.
Proposiciones
Los conectores utilizados con los conceptos hacen que haya una excelente relación entre ambos para formar proposiciones.
No todos los conectores utilizados con los conceptos son correctos lo que hace que la relación entre ambos para formar proposiciones sea solamente buena.
Muchos de los conectores utilizados con los conceptos son incorrectos lo que hace que la relación entre ambos para formar proposiciones sea regular.
Los conectores utilizados no son los correctos por lo tanto no se forman proposiciones.
Total puntos obtenidos


Vídeos:


1.     INDEX para la inclusión.   https://www.youtube.com/watch?v=OFKfT3JRhaU

Describe el proceso que se propone para lograr la inclusión en los Centros educativos considerando la propuesta de los ingleses Tony Booth, Mel Ainscow y Denisse Kingston.

2.     Índice de inclusión. https://www.youtube.com/watch?v=6-ZB3idNB5M


3.     Presentación de la Guía para la Educación Inclusiva. https://www.youtube.com/watch?v=a0mOrCbtRbE


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